Fue su segunda expulsión con la Selección argentina en 135 partidos. La anterior fue en su primer partido con la celeste y blanca, en un amistoso contra Hungría cuando el equipo era dirigido por José Pekerman. Fue el 17 de agosto de 2005 y aquella vez el rosarino solo estuvo 90" en la cancha.
La de hoy, ante Chile, fue una sanción exagerada del árbitro Mario Díaz de Vivar. El capitán, que no asistió a la ceremonia de premiación (tampoco lo hizo Otamendi), no se guardó cuando estuvo frente a los periodistas.
"Nosotros no tenemos que ser parte de esta corrupción, de las faltas de respeto que sufrimos durante esta Copa América. Estábamos para más y no nos dejaron estar en la final. La corrupción, los árbitros y todo eso no permitieron que la gente disfrute del fútbol", disparó el capitán.
Y lueg refirió a la jugada que lo dejó afuera del encuentro: "con una amarilla se hubiese terminado para los dos. Me pueden haber pasado factura por lo que dije la vez pasada y por ahí fue mandado".
La tarjeta roja derivaría en una posible sanción que afectaría su participación en las Eliminatorias Sudamericanas. "Que hagan lo que quieran, la verdad hay que decirla", desafió.